Estallido y decisión
Pensaba que tener tu sonrisa abrazada de la mía, resolvería
mi necesidad de volar y de estallar en fragmentos que se convirtieran en
estrellas, sin embargo ni tu sonrisa en la mía ni nuestra levitación, logró el
estallido. El estallido no se dio contigo, se dio por ti y para ti, desde antes
para poderte formar un cielo estrellado y para poder llenarlo de nubes y de
amores. Pensaba que me harías feliz, pero era mi felicidad la que necesitaba
reconocer para podértela entregar, era mi felicidad la que tenía que surgir y
salir y envolverte para nutrirse más. Pensaba que te necesitaba, pero me
necesitaba más a mí mismo y ser consciente de ello, para poderte obsequiar mi
vida sin dependencias ni obsesiones. Soy libre y tuyo y te aferras a mí y me
aferro a ti, porque mi libertad te eligió y mi conciencia te buscó y decidió quedarse
contigo.
Quizá es por eso que te amo, porque no es decisión, sino que
es abducción, es inmersión, es infección, es curación. No decidí amarte, pero
me amas y me siento bien, te amo y me siento bien, me entrego y te pienso y te
disfruto y gozo mucho haciéndolo. Te beso y te exploro y te disfruto; no es
decisión, es abducción donde desde ti es que viaja mi emoción y mi consciencia.
Te amo no por decisión, sino por inmersión, donde no respiro ni miro y además
floto, donde todo es más ligero y pesado al mismo tiempo, donde los fluidos son
vastos y amables. Te amo y no por decisión, sino por infección, donde la
invasión me provoca una reacción que constantemente defienda mi individualidad
y mi decisión por amarte libremente. Te amo no por decisión, sino porque eres
curación.
Comentarios
Publicar un comentario