Invisibles letras
Acabar todo sin tu palabra. palabra maldita que pugna por el fin en su silencio y en su ignorancia. Siempre quise que fueras tú y que yo quería ser aquel. Pero aquel desapareció y solo quedó mi amor. Morí sin ti, pero contigo morí también, con tus manos de dedos largos y venas saltadas, con tus ojos saltones que no miran, si no acarician; morí en tu boca de dientes blancos que me atrapaba y de voces rasposas y sonoras que sonaron poco para mí. Morí en tu decisión de no tomar decisiones y en tus palabras mudas y grafías invisibles, morí en tus textos tan breves que no tenían palabras. Y es que te pedí salvación, te imploré que te quedaras, que me salvaras, que nos salváramos juntos, que seamos uno. Te pedí que me compartieras tu amor en ideas y en letras, pero nunca llegaron las palabras, las olvidabas o las reprimidas, pero no me las entregabas, las apartabas de mi junto con tu pensamiento y noto que ahora estamos más lejos: yo de ti, tú de mí y yo de todo.