Enfermo

Creo que estoy enfermando, amor;  quizá enfermando de amor.
Me duele la garganta y corre peligro mi voz. Me duele y estoy seguro que es porque le falta el bálsamo de ti. Mi voz peligra porque insisto en hablarte y dibujarte con letras.
Estoy enfermando, amor; quizá enfermando de amor.
Tengo alucinaciones donde veo y siento que acaricia el viento y que se volvió de colores y las nubes se volvieron de algodón de azúcar. Es locura, estoy seguro.
Estoy enfermando, amor y tú eres mi síntoma mayor porque estoy seguro que sólo eres una alucinación, como un fantasma, como  un delirio o un anhelo, pues no es normal que los sueños se materialicen ni que de repente aparezca la mujer de tu amor.
Me estoy enfermando, amor; quizá enfermando de amor, pues no es normal que cada minuto aumente mi placer por pensarte pero también mi tristeza de no mirarte. No creo que sea normal que ya no me baste tener tu recuerdo, ni tu olor en mi bigote y en mi mente, tampoco es normal que  ya no me baste escribirte para materializarte, ni que ya sea insuficiente la nimia cantidad de minutos aunque sean tres millones o doscientos, de estar contigo.
Estoy enfermando, amor; seguro que es de amor. Porque ya no puedo dejar de jugar con las letras y de llevar tus manos en mi escritura, ni ouedo dejar de crearte y de creerte.
Enfermo. Me enfermas; y seguro que es de amor.

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